Muchas veces, en cuanto a lo que es relaciones me he sentido en un plano inferior, como una mendiga, que pide caricias, que ansía la intensidad del roce con un hombre, sentir ese calor y ese movimiento de libre albedrío del otro hacia mi. Cuando surge la espontaneidad de un encuentro, acompañada de una afortuna química, me entrego a la primera, como quien se encuentra con mucha sed, y encuentra agua, y junto a ese encuentro viene la culpa, y la ausencia, ese limbo, donde el otro desaparece, donde viene a mi mente en un constante ritmo, chica facil, chica facil, chica fácil, y es agotador, porque es desgastante, es como una capa empolvada, a la que yo misma me someto a ser arropada, donde no me permito ver lo valiosa, lo hermosa que soy, una mujer con muchas cualidades, donde yo me merezco todo el amor que yo me pueda dar.

Que ser Madre soltera, no me coloca en plano inferior a otra mujer, que sea soltera y sin hijos, que toda mujer en cada etapa de su vida es valiosa, y que un hombre que se acerque a mi, si en verdad quiere compartir conmigo, verá todo mi alrededor como valor. Que no tengo que hacerle creer que no quiero atraparlo, que yo no tenga miedo a decirle me gustas mucho, sin miedo al silencio y la ausencia. Decirle que no busco amor, porque el amor ya lo tengo,  busco un compañero, vivir juntos aventuras, y celebrar quienes somos.